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Definición y obtención del alcohol
Alcohol es el nombre genérico de una familia de compuestos químicos de carbono, hidrógeno y oxígeno que siempre contienen el grupo funcional hidroxilo (-OH). Es una sustancia depresora del Sistema Nervioso Central que pertenece al grupo de sedantes, de la misma forma que los barbitúricos y las benzodiacepinas.
El alcohol etílico o etanol es la droga que se encuentra en las bebidas alcohólicas, una sustancia psicoactiva y por tanto adictiva (en contraposición del metílico que es utilizado principalmente en la industria). El alcohol etílico se obtiene de dos maneras: por fermentación de frutas, vegetales o granos (por ejemplo vinos o cervezas), y por destilación: medio artificial para aumentar la concentración de alcohol de una bebida (por ejemplo, coñac, ginebra, whisky y vodka). Cabe señalar que es la droga más consumida en nuestro país.
El alcohol perjudicial en la ruta metabólica
El alcohol, perjudicial al consumirse, sigue una ruta metabólica que no tiene nada que ver con el proceso digestivo normal: pasa por el estómago al duodeno, donde se absorbe; luego pasa al torrente sanguíneo produciendo irritación y estimulando la secreción de ácidos gástricos, así como procesos inflamatorios de esófago, estómago, gastritis y úlceras.
De forma inmediata a su ingesta, el alcohol llega al cerebro directamente, que es el órgano más afectado por esta droga. Por ello provoca cambios de humor, bloquea neurotransmisores del cerebro -que produce pérdida de reflejos, asimilación de recuerdos y concentración-, mata neuronas, altera el proceso normal del sueño, genera aislamiento social y distorsiones de la realidad. Además, el consumo de alcohol afecta también al estómago y al hígado, siendo este último el que metaboliza la sustancia.
El consumo de alcohol genera problemas de coordinación, pérdida de nitidez en la vista, pérdida de conciencia y/o paros cardíacos, y su excesivo consumo puede provocar cirrosis (enfermedad hepática crónica).
El consumo de alcohol altera también la nutrición ya que reduce el aporte de vitaminas (solo aporta calorías vacías, no nutrientes), disminuye el azúcar en sangre y aumenta el ácido úrico. Produce también pérdida de deseo sexual, atrofia muscular a largo plazo, deterioro en la piel y aumento del colesterol.
En cuanto a daños cerebrales, puede provocar:
- Síndrome de Korsakoff: confusión, alteración memorística para hechos recientes o información nueva y/o tendencia a rellenar lagunas en la memoria con confabulaciones.
- Síndrome de Wernicke: encefalopatía que implica confusión, pérdida de coordinación, y síndrome amnésico.
- Deterioro de las funciones cognitivas: la capacidad de aprendizaje y comprensión quedan mermadas debido al consumo excesivo de alcohol. Si bien es cierto que la recuperación neurocognitiva es posible después de un largo periodo de abstinencia.
- Afectación de la atención, la memoria y procesos ejecutivos: de hecho, el 75% de alcohólicos manifiestan disfunciones neurológicas significativas. Las estructuras cerebrales más afectadas son las relacionadas con la memoria, el aprendizaje, la atención, la resolución de problemas o la organización de la conducta.
Alcohol y adolescencia
La adolescencia es una etapa clave en el desarrollo evolutivo del cerebro, ya que se experimentan cambios de remodelación debido a su plasticidad. El consumo de alcohol perjudicial en la adolescencia, por tanto, puede alterar la estructura y la función del sistema nervioso central; provocando deterioro neuropsicológico.
El deterioro provocado puede variar según:
- La cantidad de alcohol ingerida
- Los antecedentes del consumidor respecto al consumo
- El consumo combinado de otras sustancias
- Las características intrínsecas del consumidor.
Independientemente de que el consumo sea ocasional o habitual, se relaciona con situaciones socialmente relevantes como aumento de violencia intrafamiliar, desestructuración familiar, aumento de la frecuencia de accidentes de tráfico, aumento de ausentismo escolar y laboral con la consecuente disminución del rendimiento académico y de productividad.
El efecto de deprivación
Tanto los pacientes alcohólicos como sus familiares suelen tener la expectativa de que podrán controlar el consumo después de un tiempo sin consumir. Pero sucede que el alcohólico que está una temporada sin beber, si vuelve a consumir, con toda probabilidad se descontrola más que antes de dejar de hacerlo , es decir, toca fondo en poco tiempo y su adicción alcanza peores consecuencias. Es el llamado efecto de deprivación, que tiene un trasfondo neurobiológico y está relacionado con el efecto de liberación de endorfinas en el cerebro inducido por el consumo de alcohol.
Bibliografía
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