El alcoholismo es una enfermedad que no solo afecta a la persona alcohólica, sino también a quienes están a su alrededor. En este caso, los comportamientos de un alcohólico con su pareja pueden ser difíciles de llevar. Porque el consumo abusivo de alcohol suele generar trastornos mentales, déficits psicológicos y comportamientos agresivos. A continuación ahondaremos en cómo afecta el alcoholismo a las relaciones de pareja y cómo puede proteger su salud mental y física la pareja de una persona alcohólica.
Contenido
- 1 LOS COMPORTAMIENTOS ASOCIADOS AL ALCOHOLISMO Y SU IMPACTO EN LA PAREJA
- 2 LOS COMPORTAMIENTOS DE UN ALCOHÓLICO CON UNA PAREJA: UNA HISTORIA DE DEPENDENCIA MUTUA
- 3 ERRORES habituales QUE COMETE LA PAREJA CON LA PERSONA ALCOHÓLICA: la codependencia
- 4 las consecuencias de LOS COMPORTAMIENTOS DE UN ALCOHÓLICO CON SU PAREJA
- 5 RIESGOS DE LA CONVIVENCIA CON UN ALCOHÓLICO CRÓNICO
- 6 ESTRATEGIAS DE AFRONTAMIENTO ANTE LAS ACTITUDES DE UN ALCOHÓLICO CON SU PAREJA
- 7 REFERENCIAS CONSULTADAS
LOS COMPORTAMIENTOS ASOCIADOS AL ALCOHOLISMO Y SU IMPACTO EN LA PAREJA
«Mi pareja es alcohólica, ¿Cómo gestiono esta situación?» Esta es, sin duda, una de las preguntas, mezcladas de lamentaciones y auto-reproches, que más escuchamos por parte de las parejas de alcohólicos en nuestros centros de desintoxicación. ¿Hasta qué punto se puede tolerar los comportamientos de un alcohólico con su pareja, si este cada vez es más hiriente, cuando no abusivo? ¿Hasta qué punto esperar a que la pareja alcohólica tome conciencia de su consumo abusivo de alcohol y deje de beber?
Ciertamente, no es fácil convivir con una persona alcohólica, especialmente si esa persona es nuestra pareja. Porque, aún cuando uno no beba, la relación con su pareja alcohólica se tornará conflictiva, frustrante y, casi con seguridad, dependiente y unida por sentimientos de culpa.
En efecto, el alcoholismo es una enfermedad primaria, crónica, física y psicológica, que va deteriorando el cerebro del sujeto y debilitando su voluntad. De este hecho se deriva la confirmación de que los pensamientos y los comportamientos de un alcohólico están totalmente alterados, tanto como su salud mental.
En este contexto, la pareja puede intentar proteger a su compañero o compañera, esconder su dependencia al alcohol. Intentar controlar su consumo e incluso intentar curarle, pero carece de formación o herramientas terapéuticas para hacerlo. Y en medio de esta dinámica infructuosa, la salud mental, emocional e incluso física de la pareja comienza a verse perjudicada.
Definitivamente,las relaciones sentimentales con un alcohólico resultan muy desafiantes y desgastantes. Por nuestra experiencia tratando a este tipo de personas dependientes y su pareja, sabemos cuáles son las dinámicas tóxicas que se establecen entre ambos. Por eso, queremos mencionar las estrategias de afrontamiento que impiden que los comportamientos de un alcohólico con su pareja se conviertan en un problema para la salud y la integridad de esta.
LOS COMPORTAMIENTOS DE UN ALCOHÓLICO CON UNA PAREJA: UNA HISTORIA DE DEPENDENCIA MUTUA
Antes de profundizar un poco más en el tema de hoy, quisiéramos rescatar dos puntos que anunciamos en el apartado anterior. Y es que conviene tener claro qué supone convivir o relacionarse con una persona alcohólica y qué tipo de lazo afectivo se crea entre dicha persona y su pareja.
Estos conocimientos, aunque someros, nos dan una imagen panorámica de los mecanismos psicológicos que juegan en este tipo de historias. No obstante, desde ya se puede adelantar que el impacto del alcoholismo de uno de los cónyuges se traduce en la pareja en un cuadro psicológico multifactorial. Donde se describen situaciones de estrés, ansiedad, sensación de incomprensión, soledad, insatisfacción, resentimiento y desgaste psicológico y emocional.
EL ALCOHOLISMO Y SU POSIBILIDAD DE CURA
El alcohol es una sustancia psicoactiva que, consumida con frecuencia y en exceso, modifica el funcionamiento normal del cerebro. Es por ello que muchas personas adictas al alcohol padecen diversos tipos de trastornos mentales y cuando están embriagados presentan pérdidas de control sobre sus comportamientos.
Aunque juren que no volverán a beber, no pueden mantener su palabra, porque no hacerlo les supone sufrir los incómodos síntomas del síndrome de abstinencia. Por tanto, hay que ser realistas y no esperar que el alcohólico sea capaz de controlar su consumo de alcohol. Sabiendo esto, la pareja evitará pasar por situaciones de decepción, frustración y desgaste emocional vinculado a expectativas irreales.
Asimismo, no pueden evitar el consumo de alcohol excesivo ni pueden curar su adicción por sí solos. Para mantener a raya su adicción —que no superarla definitivamente, ya que es una enfermedad crónica— necesitan buscar ayuda profesional. Es decir, a acudir a un centro de desintoxicación y seguir un tratamiento de adicciones específico para su caso particular. Pero dicho proceso terapéutico y de recuperación nunca será exitoso a menos que la persona alcohólica quiera curarse y se implique en él al cien por cien.
De esta afirmación se comprende que las personas allegadas al alcohólico son de gran ayuda para darle el apoyo emocional que precisa para salir adelante. Pero nunca serán quienes decidan cuándo el alcohólico debe empezar su tratamiento. En otras palabras, una pareja, por ejemplo, jamás podrá curar el alcoholismo de su compañero ni podrá pedir ayuda profesional en su nombre, si no cuenta con su beneplácito.
Por tanto, como pareja o convivientes, no se trata de que asumamos las consecuencias de la bebida como propias. Nuestra mayor prioridad y responsabilidad es preocuparnos por proteger nuestro bienestar personal o el de los hijos que se tengan en común.
COMPORTAMIENTOS DE UN ALCOHÓLICO CON SU PAREJA Y EN SU VIDA DOMÉSTICA
Algunas de las características psicológicas que presenta la persona alcohólica son: baja tolerancia a la frustración, inseguridad en las relaciones sociales y personales, baja autoestima y problemas de agresividad. Todo este repertorio de problemas psicológicos se manifiestan en conductas hostiles —desconfianza o celos—, pasivo-agresivas o violentas en el ámbito familiar. Lo que genera una fuerte desestructuración de las relaciones de pareja y familiares.
En el caso de los hombres alcohólicos, la literatura científica recoge numerosos casos de violencia psicológica o física contra sus parejas. Así, el hombre busca descargar su ira o su frustración sobre quien percibe como más vulnerable —su mujer— y en un entorno —el doméstico— donde le resulta más fácil ocultar lo ocurrido. En estas situaciones, muchas mujeres terminan adoptando un papel sumiso, a fin de evitar darle motivos a su pareja alcohólica para que explote su furia contra ella.
Los síntomas psicopatológicos se hallan bastante asociados a las personas alcohólicas. Así como las alteraciones psicológicas en lo que respecta al control de la ira, expresión de emociones, respeto por la pareja o familia, las habilidades comunicativas y la capacidad resolutiva.
De aquí derivan muchos comportamientos del alcohólico con su pareja difíciles de gestionar, que causan un deterioro progresivo en la relación.
Por otro lado, los efectos del alcohol sobre el sistema nervioso del consumidor provoca aislamiento mental, tanto cuando está embriagado como con resaca. La persona se repliega en sí misma, sus habilidades comunicativas se empobrecen y aparece una actitud de desinterés hacia su pareja y las dinámicas de la vida doméstica.
Otro efecto del alcohol en las personas bebedoras es el impacto negativo en su actividad sexual. En efecto, su consumo excesivo produce disfunción sexual o disminuye el deseo, lo que ahonda aún más el distanciamiento emocional entre ambos cónyuges.
ERRORES habituales QUE COMETE LA PAREJA CON LA PERSONA ALCOHÓLICA: la codependencia
Los seres humanos tienden a emparejarse bajo la ley tácita de la afinidad de forma. Ello significa que nos relacionamos con personas semejantes a nosotros o que nos complementan de una u otra forma.
En el caso de las personas alcohólicas, por los mecanismos psicológicos que manejan su vida, buscarán a una persona que sea dependiente como ellos. No necesariamente a una sustancia psicoactiva o tóxica, pero sí que muestre una tendencia a la dependencia emocional.
En este sentido, las mujeres alcohólicas presentan una predisposición a emparejarse con hombres protectores. Mientras que los hombres con dependencia al alcohol buscan relacionarse con mujeres de marcados rasgos psicológicos maternales o sobreprotectores.
¿Cómo se traduce esto en la vida conyugal práctica? La persona alcohólica proyecta una actitud errática, marginal y ambivalente —en ocasiones agresiva pero, en otras, vulnerable. La alternancia del rol de víctima y victimario puede ser una constante, dependiendo de si está en una estado de embriaguez o de sobriedad.
Entonces, la pareja intenta salvar, o al menos no dejar solo, al alcohólico, ya que es consciente de que no está pasando por un buen momento y necesita ayuda. Sin embargo, lo paradójico de esta situación es que la pareja termina convirtiéndose involuntariamente en cómplice de su adicción.
Por un lado, porque sobreprotege al alcohólico: lo justifica, disculpa su adicción ante los demás o la apoya —en ocasiones, le provee de la propia sustancia adictiva. Por otro, porque trata de controlar sus actos, se auto-culpabiliza de no poder evitar la adicción de su pareja o acepta incluso comportamientos inaceptables.
Así pues, en situaciones de parejas, la dependencia al alcohol se entrelaza con una dependencia emocional. De ahí que entre ambos se establezca una relación de dependencia mutua que resulta perjudicial. Donde el amor y la compasión se conjugan con el resentimiento y los reproches.
las consecuencias de LOS COMPORTAMIENTOS DE UN ALCOHÓLICO CON SU PAREJA
Cuando el alcohol se lleva toda la atención de la pareja alcohólica, la otra persona puede sentirse infravalorada. La dejadez y la actitud de ensimismamiento del individuo adicto, hace mella en la autoestima de su pareja. Su hostilidad y el culpar a los otros de su adicción —otra reacción típica en los alcohólicos— provoca sentimientos de culpabilidad en la pareja.
Sus promesas de cambio, de superar su enfermedad, mantiene al miembro no alcohólico en una posición permanente de esperanza. Pero cada vez que el alcohólico vuelve a caer en su dependencia, su pareja cae en la decepción, la frustración y el resentimiento.
Al final, es habitual que la pareja de un alcohólico se vea inmersa en un bucle de desgaste emocional: de hartazgo y sentimiento de responsabilidad para con el adicto. De agobio abrumador, por la ausencia de tranquilidad y bienestar en su relación, pero también de culpa y frustración por no lograr corregir al adicto y salvar la relación.
Ahora bien, si hay un punto de fisura que desestructura la relación entre una persona con trastorno de consumo de alcohol con su pareja es la falta de respeto constante. Ese comportamiento del alcohólico con su pareja donde la agresividad y la violencia cada vez hace más acto de presencia. Donde se vulnera continuamente el respeto y la dignidad de la persona no alcohólica.
Sin duda, ese es el punto en que la pareja comienza a verse desbordada y sumamente angustiada por la situación. Ya que la convivencia puede volverse dramática y destructiva. Si no quiere romper la relación, la pareja al menos debería elegir cuidar de sí misma y buscar ayuda profesional. Debe comprometerse con aquello que de verdad puede controlar: proteger su salud mental y su integridad emocional.
RIESGOS DE LA CONVIVENCIA CON UN ALCOHÓLICO CRÓNICO
En conclusión, y atendiendo a diversas investigaciones sobre parejas de una persona afectadas por un trastorno por consumo de alcohol, estas corren un mayor riesgo de presentar:
- Inestabilidad emocional, ansiedad y elevado estrés emocional.
- Baja autoestima
- Sentimiento de culpa y sobrecarga de responsabilidades.
- Indefensión aprendida —desconfiar de la eficacia de sus acciones para conseguir los resultados.
deseados—, desconfianza o excesiva vulnerabilidad. - Reacciones psicosomáticas: especialmente gastritis, cefaleas y cansancio extremo.
- Distanciamiento emocional o alexitimia, dificultad para expresar sus propios sentimientos.
- Dependencia emocional o codependencia hacia su marido o mujer
- Déficit de habilidades sociales, poco deseo de interactuar con otras personas y alejamiento de sus redes de apoyo.
- Escaso interés por tener experiencias sociales nuevas y tiempo de ocio saludable.
Por eso, ante todo, es necesario fortalecer el autoestima y establecer límites emocionales. Al mismo tiempo que no debe pretender controlar o responsabilizarse de las decisiones de su pareja alcohólica. Ni tampoco ayudarlo si aún no ha llegado al punto de solicitarlo. Esta es la mejor manera para no dejarse sobrepasar por esta experiencia tan abrumadora como destructiva.
ESTRATEGIAS DE AFRONTAMIENTO ANTE LAS ACTITUDES DE UN ALCOHÓLICO CON SU PAREJA
Obviamente estos déficits psicológicos documentados pueden revertirse si se opta por pedir ayuda profesional para reducir todos estos factores de vulnerabilidad. En ella la pareja encontrará herramientas y asesoramiento psicológico para gestionar mejor su convivencia con la persona alcohólica.
O, en su defecto, romper el lazo tóxico de dependencia emocional mutua. No obstante, en el caso de las esposas, los estudios al respecto reflejan su apoyo incondicional hacia su marido alcohólico en casi un 80% de las entrevistadas.
Sea cual sea la decisión por la que se incline, lo más importante es salvaguardar o reforzar su salud en todas sus formas: física, mental, emocional y social. Pues, es claro que vivir con una persona alcohólica supone convivir con la inestabilidad y los problemas derivados de la enfermedad crónica muy desafiante.
Entonces, en estas circunstancias los mejores consejos que nuestros terapeutas especializados en adicciones pueden recomendar son:
- Seguir tratamiento individualizado para lograr una reestructuración cognitiva que elimine los sentimientos de culpa y que refuerce su autoestima.
- Ser realista ante la enfermedad y los comportamientos que pueda tener el alcohólico.
- Acudir a grupos de apoyo conformados por otros familiares de enfermos alcohólicos
- Aprender técnicas de auto-relajación, para minimizar los síntomas psicosomáticos
- Rechazar conductas que se consideren inadmisibles, tanto hacia la pareja como hacia los hijos.
En los centros de desintoxicación y tratamiento de adicciones como el Instituto Castelao brindamos asesoramiento y ayuda profesional a parejas y familiares. Con nuestra intervención terapéutica conseguimos que los comportamientos de un alcohólico con su pareja no minen su bienestar físico y emocional.
REFERENCIAS CONSULTADAS
- Echeburúa, E., & Amor, P. J. (2016). Hombres violentos contra la pareja: ¿tienen un trastorno mental y requieren tratamiento psicológico?. Terapia psicológica, 34(1). Recuperado de https://bit.ly/2RCz7XV
- Vallecillo Durán, L. F. & al. (2004). ¿ Enfermera o paciente? La mujer del enfermo alcohólico. Apuntes de Psicología, 22(3). Recuperado de https://bit.ly/3g4gNAg
- Vargas, N. I. T., & Zago, M. M. F. (2005). El sufrimiento de la esposa en la convivencia con el consumidor de bebidas alcohólicas. Revista Latino-Americana de Enfermagem, 13(SPE). Recuperado de https://bit.ly/3g38Ueg

Redactora de comunicación en el Instituto Castelao.
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