Contenido
- 1 Breve aproximación a la problemática de las mujeres que beben
- 2 Cómo el consumo de alcohol afecta al organismo femenino
- 3 Efectos del alcohol en la salud mental de las mujeres
- 4 Depresión y consumo de alcohol en las mujeres
- 5 La necesidad de pedir ayuda profesional lo antes posible
- 6 Conclusión
- 7 Referencias consultadas
Breve aproximación a la problemática de las mujeres que beben
El consumo de alcohol en las mujeres se ha incrementado en las últimas décadas. En ocasiones, llega a superar el porcentaje propio de los hombres, especialmente entre el grupo de los adolescentes. Lo cual resulta sorprendente, habida cuenta de que el alcoholismo siempre se ha considerado una enfermedad eminentemente masculina.
La raíz de este aumento de mujeres con problemas de alcohol hay que buscarlos en el tipo de vida actual. Por un lado, por el gran estrés que padece la población femenina que se ve obligada a realizar multitareas en su rutina diaria. Por ejemplo, conciliar la gestión del hogar y los cuidados con su carrera profesional.
Y por otro lado, por su postura de copiar los comportamientos masculinos en pro de saberse en igualdad de condiciones. Con mayor participación en aquellos procesos o hábitos asociados con la permisividad y la desinhibición, como son las drogas. Ahora bien, existen algunas conductas diferenciales entre ambos sexos relacionadas con el alcohol.
Sucede que, por su parte, el alcoholismo femenino destaca por su tendencia a la ocultación. Tiene su lógica, si pensamos que el consumo de droga entre la población femenina está más estigmatizada por la sociedad. Por tanto, clandestinidad y soledad son dos rasgos definitorios de aquellas mujeres con problemas con el alcohol.
Más allá de los efectos del alcohol en las mujeres, en cuestión de alcoholismo, las féminas se caracterizan por algunas singularidades. Son más sensibles a su consumo, la alcoholización tendía a ser más tardía —sobre los 30 años. Y sobre todo, suelen tomar a solas y en casa, es decir, en la intimidad más absoluta. Debido, precisamente, al rechazo social que genera el ver a una mujer bebedora, así como a los motivos por los que se bebe.
A continuación detallaremos el porqué de estos patrones de consumo.
Cómo el consumo de alcohol afecta al organismo femenino
Según los baremos clínicos, la unidad de medida estándar (UBE) recomendada para mujeres es de 2 UBE diario. Es decir, no más de 20 gr. de alcohol, ya que cada UBE equivale a 10 o 12 gr. Y esta cantidad de alcohol puro es la que posee una copa de vino o una caña de cerveza. Cualquier dosis diaria que supere dicha medida supondría un consumo excesivo, en el caso de una mujer. En cambio, en el caso de los hombres la cantidad tolerable aumenta hasta un 40 % ; su consumo diario admisible alcanza a 4 UBE de etanol.
La diferencia en la masa corporal de las mujeres con respecto a los hombres detona una mayor agresividad del alcohol en ellas. Algo similar sucede debido al menor tamaño de los órganos en el cuerpo femenino. Aunque ellas tomen alcohol en menores cantidades que los hombres, los efectos del alcohol en las mujeres serán más devastadores.
Por tanto, desde una perspectiva fisiológica, las mujeres conllevan más posibilidades de caer en problemas de abuso; y, en consecuencia, aumentar el riesgo de desarrollar una dependencia.
Asimismo, complicaciones generadas por la bebida alcohólica como el daño cerebral, las enfermedades cardíacas y las hepáticas resultan más agresivas en las mujeres. Además, ante los efectos nocivos del etanol, ellas pueden mostrar mayor pérdida de la materia gris cerebral que los hombres. Un 11 % frente a un 5,6 % respectivamente.
Los hombres tienden a manifestar mayor consumo de alcohol; mientras que las mujeres tienden a manifestar mayor necesidad de consumir alcohol.
Efectos del alcohol en la salud mental de las mujeres
Las motivaciones que se hallan detrás de la incursión de las chicas al mundo de la bebida son las mismas que las de sus congéneres masculinos. A saber, divertirse, socializar con mayor facilidad, sentirse mejor o por presión influencia de sus iguales.
Mientras que para las mujeres, su aproximación se relaciona con la búsqueda de sensación de bienestar o como recurso evasivo del estrés. Pero también las mujeres beben por influencia de patrones familiares o solidaridad con sus parejas bebedoras.
En cualquier caso, ellas optan por tomar alcohol por cuestiones emocionales, para ‘ahogar las penas’, que se suele decir. Y esta es una conducta diferencial con respecto a los varones, que beben para autoafirmar su masculinidad en la sociedad. El investigador Gómez Moya describe a la perfección esta diferencia: « Los hombres tienden a manifestar mayor consumo de alcohol; mientras que las mujeres tienden a manifestar mayor necesidad de consumir alcohol.»
De esta confirmación se deriva el hecho de que la población femenina tienda más a la mezcla de consumo de bebidas etílicas y ansiolíticos o psicofármacos. Puesto que ambas sustancias son depresoras del sistema nerviosos central y disminuyen los ritmos de la presión arterial y cardíaca. Lo que les aporta una sensación inicial —y efímera— de relajación o, incluso, de bienestar. De ahí que, en parte, las mujeres prefieran beber en soledad y en sus propios domicilios.
Depresión y consumo de alcohol en las mujeres
Así, diversas investigaciones han comprobado que existe una estrecha relación entre los cuadros depresivos en la mujer y su frecuencia e intensidad en el hábito de beber. Esta combinación entre estados psicológicos frágiles y el consumo de alcohol se presenta en un alto porcentaje de casos femeninos.
Ahora bien, no siempre es posible determinar si es el alcohol el que <a href="/efecto-depresor-del-alcohol/">produce depresión</a> en las mujeres o viceversa. Esto es, si los estados depresivos previos incrementan las probabilidades de un consumo excesivo. Sea como fuere, no hay duda de que una salud mental vulnerable puede abocarlas a un consumo de alcohol incontrolado.
Según cifras estadísticas, el 65 % de las mujeres con problemas de alcoholismo presentaban una depresión antecedente. Reportando que recurrían a esta sustancia depresora como modo de aliviar sus malestares psicológicos. Sin embargo, también existe un alto porcentaje de mujeres que admiten que tras haber consumido alcohol en exceso sus alteraciones mentales se dispararon. Entre ellos, los cuadros depresivos, la tristeza, la desesperanza y la dependencia alcohólica.
Las mujeres tienen tendencia a retrasar la aceptación de sus problemas con el alcohol. Lo que las lleva a demorarse mucho en solicitar ayuda profesional para abandonar su adicción. Este hecho hace más complicado el tratamiento de su enfermedad.
La necesidad de pedir ayuda profesional lo antes posible
El perfil medio de mujer que acude al centro de desintoxicación es el de una adulta de entre 35 y 50 años. Con más de 10 años de problemas de abuso al alcohol o alcoholismo; y que, en más del 50% de los casos, presenta experiencias de maltrato doméstico. Su consumo se realiza en secreto y lejos de la vista pública y, por ello, suelen padecer vivencias de aislamiento social.
Sin embargo, detrás de esta falta de iniciativa a pedir ayuda se esconde cierta soledad y falta de apoyos domésticos. En este sentido, se ha comprobado que ellas no suelen contar con la implicación de sus parejas en su proceso de rehabilitación. Son las madres, hermanas o hijas quienes acostumbran a intervenir y buscar ayuda profesional para ellas. Si bien, aun persiste la presión social de ocultar los problemas de alcoholización en las mujeres de la familia.
Y es que el doble estigma social que recae sobre este tipo de mujeres; por su drogadicción y por el peso del género, dificulta su visibilidad. Dicho juicio no sólo afecta negativamente para que ellas pidan ayuda, sino para que la familia se implique en su tratamiento. En este sentido, la ocultación de este problema de salud y adicción es una constante.
Resulta de vital importancia instar al colectivo femenino a pedir ayuda lo antes posible. Pues cuanto más se tarde en tratar sus conductas compulsivas más riesgo existe de que caigan en la desadaptación social. Además, claro está, de que los efectos del alcohol en mujeres, físicos y psicológicos, revestirán mayor gravedad.
Afortunadamente, hoy en día muchos centros de tratamientos no solo ofrecen un servicio sanitario-asistencial sino también de atención social. Porque ese tipo de atención integral, donde se aúnen los servicios sanitarios y los sociales, son los que necesitan estas mujeres.
Conclusión
Comprender qué mecanismos de acción hay detrás del consumo abusivo de alcohol por parte de las mujeres resulta fundamental. Dichos datos pueden realizarse intervenciones terapéuticas y políticas preventivas de salud pública más efectivas.
Sin embargo, las investigaciones demuestran que los efectos del alcohol en las mujeres, son mayores que en los hombres. Es decir, se constata que la ingestión de alcohol afecta de forma distinta según el sexo del individuo. Por cuestiones fisiológicas o metabólicas inherentes, las mujeres presentan una menor tolerancia y una mayor fragilidad ante esta sustancia.
Con todo, donde el abuso de alcohol muestra mayores problemas de salud para el colectivo femenino es en materia de salud mental. De hecho, etanol y depresión resulta un tándem muy habitual entre las mujeres bebedoras, como veremos a continuación.
La insatisfacción personal y la falta de una autogestión emocional para afrontar el estrés y los conflictos son las principales causas. Pero, como se ha visto, su incursión en el alcoholismo viene dada por la mayor tolerancia del cuerpo femenino al consumo de alcohol. Lo que facilita su incremento en su uso desmedido y las convierte en seres más sensibles a sus efectos nocivos.
Por su parte, los tratamientos de desintoxicación cada vez más contemplan los factores que diferencian los problemas de alcoholismo entre hombres y mujeres. Ya que está demostrado que ellas, por sus necesidades específicas de género, demandan otro tipo de intervenciones.
Todavía queda mucho por hacer en materia de drogadicciones y género, cada vez se presta mayor atención a los factores que presentan las mujeres. Tanto en lo que respecta a los efectos del alcohol en las mujeres; como a las circunstancias que llevan a su consumo. Conocimientos que poco a poco se van implantando a los tipos de intervención profesional que necesitan las mujeres por su género.
Referencias consultadas
- Borràs, R. (s/f). ¿Cuáles son los peligros del alcohol? Recuperado de https://www.farmaceuticonline.com/es/alcohol/
- Clemente. S. (2017). El alcohol no ayuda a olvidar. Recuperado de https://lamenteesmaravillosa.com/el-alcohol-no-ayuda-a-olvidar/
- Moya, J. G. (2006). El alcoholismo femenino, una verdad oculta. Trastornos adictivos, 8(4), 251-260. Recuperado de https://www.elsevier.es/es-revista-trastornos-adictivos-182-pdf-13095902
- Pascual, P. F., & Guardia, S. J. (2012). Monografía sobre el alcoholismo. Socidrogalcohol. Recuperado de http://www.beveumenys.cat/_Adm/upload/docs/ITEMDOC_583.pdf
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