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Los factores de riesgo del consumo de drogas
Los factores que influyen en el consumo de sustancias psicoactivas son de diversa índole, aunque priman tres vertientes principales. A saber, los factores biológicos, los factores psicológicos y los factores sociales o ambientales. Es obvio que no toda la población se ve afectada por igual ante estos factores. Pero sí es un hecho constatado que algunos de estos factores cumplen un papel importante a la hora de desarrollar una drogadicción.
Así pues, existen casos en los cuales las personas recurren a las drogas y se hacen consumidores abusivos o dependientes con mayor facilidad. Se trata de personas que se muestran más vulnerables ante los efectos de una sustancia. Especialmente, a las capacidades de refuerzo de esa droga en el cerebro. Dicha propensión puede tener una base genética o hereditaria.
Esto sucede en el caso de los sujetos alcohólicos, donde los factores biológicos o genéticos coluden con otros para reforzar su tendencia adictiva. Y es que decidir rehusarse a consumirlo o abandonar el hábito, si ya se tiene, trae muchas ventajas y previene muchos males. Así, la probabilidad de convertirse en alcohólico cuando los padres también lo han sido es cuatro veces superior.
Aunque el alcoholismo hereditario es genéticamente complejo de identificar, en la actualidad se conoce la preponderancia de al menos cinco genes involucrados. Entre ellos, el gen DRD2 ligado al receptor de la dopamina y alteraciones de algunos genes relativos al metabolismo del alcohol. Lo que convierte al etilismo en una conducta adictiva muchas veces relacionada y ocasionada por una herencia poligénica.
En este sentido, famosas son las investigaciones realizadas en familias con gemelos o con hijos adoptados. En ellas se confirma que los descendientes de padres dependientes enfrentan mayores problemas con la bebida en su etapa adulta. Tal es el caso de niños de padres alcohólicos adoptados por adultos no bebedores: el 25% de ellos se vuelven alcohólicos.
Cuando los factores biológicos influyen en el alcoholismo
Diversos estudios han demostrado que los hijos de quienes tienen problemas de alcoholismo, o con otras drogas, presentan mayor riesgo de adicción. El porcentaje de casos de hijos de padre y madre con consumo patológico de bebidas alcohólicas ronda el 50%. Mientras que si solo uno de los progenitores es alcohólico, existe un 25% de probabilidad de que un hijo herede su conducta adictiva.
Así, el factor hereditario provoca que en estos hijos una atracción por el consumo etílico. Ello se debe a que el alcohol activa ciertas áreas cerebrales relacionadas con la sensación de recompensa; lo que influye en su predisposición a la dependencia. Tal es el caso de la gran acción de refuerzo que produce el alcohol en su organismo, lo que les lleva a repetir su consumo.
Ello, sin duda, incrementa su vulnerabilidad y la tendencia a que se conviertan en alcohólicos en el futuro.
No obstante, no solo se trata de predisposición genética o hereditaria, sino también de factores biológicos o fisiológicos.
Así, la predisposición biológica se observa en la capacidad individual de metabolizar el alcohol. De ahí que algunas personas presenten signos de alcoholemia, o también trastornos por consumo de alcohol, aunque lleven poco tiempo consumiéndolo. O aun cuando consuman menos cantidades de bebidas que otras personas.
Sin embargo, también existe un efecto contrario de influencia biológica al alcohol; que es cuando la persona bebe de forma abusiva y aun así no se embriaga fácilmente. Es la llamada tolerancia conductual. Una predisposición genética que pueden poseer los individuos con antecedentes familiares de alcoholismo.
Esta tolerancia a las ingestas elevadas genera el desarrollo de dependencia alcohólica. Pues, aunque el organismo no presente síntomas de intoxicación aguda con frecuencia, sí sucumbe a sus efectos de refuerzo, adicción y demás efectos secundarios.
Cómo se refleja la predisposición genética o hereditaria al alcoholismo
Por otro lado, la influencia de la vertiente genética en el consumo excesivo de alcohol se observa en otros aspectos. Entre ellos, cabe destacar la tendencia que tienen estos sujetos a iniciarse de forma temprana en el abuso de alcohol.
Este inicio precoz se traduce en mayor número de complicaciones físicas, psicológicas y comportamentales motivadas por la sustancia etílica. Además de padecer con mayor gravedad las consecuencias que provoca el uso excesivo de alcohol en la salud física y psicológica. Asimismo, presentan una mayor resistencia a iniciar y mantener en el tiempo tratamientos de desintoxicación.
En cuanto a su salud mental, quienes tienen antecedentes familiares de alcoholismo presentan mayor riesgo de sufrir trastornos neuropsicológicos. Desde trastornos mentales como la depresión hasta inmadurez psicológica. Cabe recordar que el alcoholismo es una enfermedad psiquiátrica —y fisiológica— en sí misma.
Por su parte, contar con la posibilidad de desarrollar un alcoholismo hereditario puede aumentar la vulnerabilidad psicológica del sujeto. Así, los niños pre-alcohólicos suelen experimentar déficit de atención, inestabilidad emocional, problemas de autoestima e impulsividad. Ya de adolescentes muestran una mayor intolerancia hacia la frustración y la concentración, conductas antisociales y problemas de integración familiar y social.
Más allá del alcoholismo hereditario: los factores ambientales
Con todo, conviene aclarar que los factores ambientales, ya sean sociales como, sobre todo, familiares presentan un gran peso. Pues, los componentes socioculturales actúan como catalizadores de la posible predisposición al desarrollo del alcoholismo hereditario.
Debemos pensar que, en un hogar donde se hace un uso irresponsable y dañino del alcohol se fomenta ese tipo de consumo. Pues, en muchos casos, los hijos beben por imitación a los mayores, al aprendizaje recibido en casa. Son las denominadas conductas adquiridas por imitación.
Ciertamente, esto es lo que sucede en aquellas familias donde los padres padecen trastornos por consumo de alcohol. Por tanto, en estos contextos se aprecia una interacción entre factores hereditarios y factores sociales o ambientales.
Algo similar ocurre con las influencias sociales por parte de los iguales y de las costumbres culturales y sociales. Estas pueden estimular el inicio y/o la constancia del consumo de bebidas etílicas. Lo que, unido a las predisposiciones hereditarias, confluirán en muchos casos de conducta adictiva hacia el alcohol.
Conclusión
Es claro que las personas, por lo general, consumen drogas buscando una fuente de placer o por influencia del medio circundante.
De ahí que, cuando lo hacen, están pensando en los beneficios a corto plazo que pueden obtener de esa sustancia tóxica; a la que presuponen inofensiva. En realidad nadie toma drogas de abuso pensando en el riesgo y en las consecuencias nocivas que implican para su salud a largo plazo.
La problemática de la drogodependencia reside en la incapacidad de detener el consumo, aun cuando son evidentes los males que genera la adicción. Por eso resulta tan primordial combatir las influencias que incitan a iniciarse en el uso de las drogas. Porque, más allá de este inicio, existen factores que pueden inducir al sujeto a un consumo abusivo o de mantenimiento. Uno de ellos es el componente genético, que puede provocar la aparición del alcoholismo hereditario en diversos casos.
En este sentido, saber que existe un riesgo genético añadido de caer en el drama del alcoholismo debería tomarse como una advertencia. Tal vez no siempre sea fácil eludirlo, pues depende de cada persona y su experiencia de vida. Pero el conocimiento es poder y posibilita el ser consecuentes con nuestras elecciones.
Algo parecido sucedería con su aplicación a las políticas de salud y recursos materiales destinados a la detección precoz de este problema. Todo es poco para combatir el alcoholismo, uno de los grandes males de nuestra sociedad y nuestra salud pública.
Referencias consultadas
- Echeverría, E. (2001). Abuso de alcohol. Madrid. Editorial Síntesis.
- Pascual, P. F., & Guardia, S. J. (2012). Monografía sobre el alcoholismo. Socidrogalcohol. Recuperado de http://www.beveumenys.cat/_Adm/upload/docs/ITEMDOC_583.pdf
- Pérez Cruz, N., & Antón Lolo, M. D. J. (2009). Impacto de la genética en el alcoholismo: un enfoque desde la lógica difusa. Revista Habanera de Ciencias Médicas, 8. Recuperado de http://scielo.sld.cu/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1729-519X2009000100010
- Rubio, G. y Santo-Domingo, J. (2004). Todo sobre las drogas. Información objetiva para decidir y prevenir. Ediciones Martínez Roca. Madrid.

Redactora de comunicación en el Instituto Castelao.
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